jueves, 27 de junio de 2013

Taxi

Taxi
“Voldría que tingués present una cosa: les coses no són el que semblen. L’Aomane es va repetir aquestes paraules mentalment: les coses no són el que semblen. Va arrugar una mica les celles.
-       ¿Qué vol dir, amb aixó?
El conductor [del taxi] li va dir, escollint les paraules amb cura:
-       Bé, el que vull dir és que ara fará una cosa que no és “normal”. Tinc raó, ¿oi? Per començar aixó de baixar per una escala de l’autopista metropolitana de Tòquio és una cosa que no fa la gent, normalmente. Sobretot, una dona.
-       Sí, té raó – va dir l’Aomane.
-       Per tant, si ho fa, podría ser que després, el seu entorn quotidià el veiés… no ho sé, una mica diferent de com l’ha vist sempre. Jo l’he tinguda aquesta experiència. Però que no l’enganyin les aparences. De realitat, sempre n’hi ha només una.
(1Q84, Haruki Murakami)


Entré en el taxi. Sobre el salpicadero cabeceaba un muñeco sedente sobre su guitarra. En el iPod Touch pegado con cinta de embalar sobre el aparato de radio, bajo el taxímetro de números rojos ascendentes, sonaba un vídeo del Potro de rabia y miel. El vehículo se lanzó en carrera por la Gran Vía, cuando superaba los 100 km/h, al terminar El Puente Rojo, frenó en seco, como si fuera a chocar contra un muro, para evitar el rádar de velocidad. Veía todo aquello por partida doble. Un anticipo de que al salir del taxi, en la puerta de urgencias, abandonaba la realidad en la que me había movido hasta ahora. Probablemente la misma realidad de siempre, pero vista con otros ojos, que me la presentaban transformada. Puede que aquel mundo estuviera allí antes, pero hace falta salir de un taxi como este, hacer su recorrido, para poder ver las cosas “autrement”. Y así es. Disfruto de esa nueva mirada del mundo, a mi alrededor… y creo que hasta tengo nuevos oídos con los que escuchar mi Música (pero eso es ya otra novela). Ayer se cumplieron dos años desde que subí a aquel taxi y es una excelente noticia que hayan transcurrido y cómo lo han hecho: os tengo más cerca, aunque siempre habéis estado ahí. Nunca es tarde para darse cuenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario